- CEREBRO: el alcohol impide las funciones de la región frontal, provocando una disminución de memoria, mala concentración y perdida del control.
- HÍGADO: la metabolización del alcohol provoca nauseas, vómitos y dolor de cabeza.
- RIÑÓN: elimina más agua de la ingerida por lo que el organismo la busca en otros órganos. Como consecuencia de esto las meninges pierden líquido y esto provoca dolor de cabeza.
- ESTÓMAGO: el alcohol mejora la digestión, pero si bebemos en exceso se dan erosiones en la mucosa del estomago, produciéndose ardor, que aumentará si se ingieren bebidas alcohólicas de distinto tipo.
- PIEL: el alcohol provoca el aumento del flujo de sangre, por lo que aumentará la sudoración.
- PULMONES: el alcohol acelera la respiración y en el caso de que haya demasiado en el organismo esta función se detendrá.
- CORAZÓN: el alcohol aumenta la actividad cardíaca por lo que se acelera el pulso. Una vez que el alcohol llega a la sangre, el azúcar en ella disminuye y empieza la debilidad y el agotamiento físico.
El vídeo que está a continuación muestra la diferencia en el comportamiento cuando se bebe alcohol de fiesta y cuando no.